Este año acometemos nuestro proyecto más ambicioso de reducción de plástico, al tiempo que continuamos velando por la protección de sus recursos hídricos.

En Agua Mineral San Benedetto (AMSB) reducimos ―todavía más― el gramaje de sus botellas de 33cl y 50cl por debajo de los 8.5g, un -14% respecto al año pasado. Objetivo que la compañía ya había avanzado durante los distintos actos de Valencia Capital Mundial del Diseño 2022 y que en las próximas semanas va a ser una realidad en los distintos puntos de venta. Todo un hito de sostenibilidad que nos mantiene como líderes en ecodiseño ―son las botellas más ligeras del mercado de agua mineral en España― y la convierte en pioneros en este tipo de iniciativas.

Gracias a esta reducción drástica del PET en los formatos de 33cl y 50cl, no sólo disminuimos la cantidad de plástico puesta en el mercado y, por tanto, en el entorno, sino que reducimos así mismo la cantidad de emisiones CO2 liberadas a la atmósfera. Todo ello, sin comprometer la funcionalidad del envase desde el momento en que llega al punto de venta hasta que es consumida en el hogar.

Como propietarios de marcas de agua mineral tan reconocidas en el mercado como Fuente Primavera, Font Natura y Fuencisla, insistimos en la importancia de alcanzar un equilibrio entre sostenibilidad y funcionalidad, ya que la misión del envase es garantizar la conservación de este producto único, puro en origen (no necesita tratamiento químico) y con una composición mineral equilibrada, entre otras cualidades que diferencian al agua mineral de otras aguas. Por eso, en AMSB apostamos por aligerar nuestros envases al máximo; algo que, sumado al uso de PET y polietileno transparentes, facilita su posterior reciclaje.

En paralelo, continuamos con nuestra política de Vertido Cero y medición constante del agua de nuestros manantiales para evitar el desperdicio. Tenemos un acuerdo con la comunidad de regantes local, avalado y tutelado por la Confederación Hidrográfica del Júcar, para aprovechar el agua sobrante de nuestro proceso productivo y canalizarla hacia los campos de cultivo de nuestro entorno. De esta manera, evitamos las perforaciones con fines agrarios que ponen en peligro de sobreexplotación al acuífero y aprovechamos la totalidad de los recursos hídricos.